jueves, 20 de junio de 2019
domingo, 9 de junio de 2019
lunes, 8 de abril de 2019
sábado, 23 de marzo de 2019
COLUMNA DE OPINIÓN
Paisaje
y rutas visuales en “El Viaje en la Sangre”
La
artista visual Claudia Tapia recurre a travesías plásticas, audiovisuales y científicas
en algunos territorios y paisajes de Chile como recurso eje al poner en escena “El
viaje en la sangre”, muestra inaugurada en el Museo de Historia Natural de
Valparaíso entre los meses marzo y mayo de
2019.
Parte
de su exploración artística se materializa en dos viajes que documenta audiovisualmente.
Uno a LLuta, Arica en el norte de Chile (camino a la Pachamama, madre tierra en aymara) y otro hacia el sur (camino a la
Ñuke Mapu, madre tierra en mapudungun).
En
aquellas rutas la artista experimenta in situ y a través del registro
documental, la materialidad de los disímiles paisajes. Dispositivo que utiliza
para instalar preguntas de orden antropológico cultural y por qué no,
espiritual. La visualidad escogida se expresa en los planos detalle: un ojo en
la roca, una rama o una serpiente, un agujero en la tierra, hojas, el copihue, una
telaraña, muchas piedras. Estas imágenes
unidas a tomas panorámicas se exhiben en sala como un sinfín, dando cuenta del
espacio - tiempo y de los contrastes tangibles de ambos lugares. Un paisaje en
íntima relación con las identidades y que está “configurado por lugares que se
convierten en ejes inmanentes que trasladan significados y símbolos que
inscriben ideas y emociones”.*
Es
desde ahí donde emergen preguntas en apariencia sencillas: ¿Quién soy? ¿qué es
pachamama? ¿qué es ñuke mapu?
¿quiénes son mis antepasados?
Al
registro contemplativo poético de los paisajes que proyecta a través de
diferentes medios (data cenital, pantalla de TV), la artista suma sus
intervenciones en ambos lugares. Sutiles performances en las que actúa
hilvanando y uniendo la materialidad del paisaje significante a través de lazos
rojos con los que rodea piedras, árboles, troncos. Metaforizando el viaje en la
sangre que bautiza la exposición y sumergiéndonos en el viaje otro, con referencias
a la artista Cecilia Vicuña.
Para
regresar a la pregunta ¿quién soy?
Interrogante
que atraviesa la obra y se gatilla a partir de una prueba de su propio ADN que
la autora decide no integrar como evidencia en su trabajo. Pero que lo recorre
transversalmente como los hilos encarnados que enlazan las piezas y unen
fragmentos aquí y allá.
La
indagación integra un elemento informativo a través de testimonios de especialistas
y científicos ligados a los territorios y culturas revisitadas (aymara y
mapuche), los que se proyectan desde una pantalla. A estas piezas de indudable
riqueza informativa y complementaria, les resta fuerza su resolución técnica dificultando
un visionado extenso.
“El
viaje en la sangre” de Claudia Tapia, se despliega en una pequeña sala donde se
aprecia una expansión de los elementos que integran la piezas audiovisuales. Lazos
rojos que trepan al cielo del cuarto atados a piedras, emulando un abanico
quizás un plumaje o un penacho.
En
una de las paredes se expone un tapiz de grandes dimensiones donde la artista expresa
y ejecuta un trabajo delicado de pintura, bordado e intervención. Destacan en
él plumas, huellas humanas, texturas ancestrales además de simbología y figuras
legadas por las primeras naciones que habitaron nuestro territorio. La
experiencia culmina en un imponente círculo manufacturado minuciosa y
elegantemente con cintas rojas que cuelgan desde el techo, cada una anclada en
su parte inferior a piedras curvas que las unen al suelo. En el interior de
este notable caracol se abre un espacio uterino que cobija y donde se proyecta en
un encuadre circular sobre el piso, el trabajo audiovisual realizado por la artista
junto a textos que sustentan el viaje emprendido. Es una construcción íntima
que desafía el espacio público y donde las imágenes son casi tan palpables como
una piedra. Resguardando en su quietud, el viaje de la heroína en el empeño de
juntar las piezas fundacionales.
*Rodolfo Andaur en “Paisajes
Tarapaqueños”. Santiago, Chile. Metales Pesados, 2015.
Pamela Pequeño de la Torre
Documentalista
Magister en Estudios de
Género y Cultura, mención Ciencias Sociales, Universidad de Chile.
EL VIAJE EN LA SANGRE
El viaje en
la sangre es una exposición individual de la artista visual Claudia Tapia,
donde, en una instalación de pocos
elementos, pregnantes y llenos de contenido, interconectados entre sí, Claudia resume lo que ha sido la investigación
sobre el tema abordado en esta ocasión: la genética y la herencia
materna que todo ser humano recibe a través de la sangre.
Luego de un examen mitocondrial genético de ADN al
que ella se somete, el cuál nos lleva a conocer el linaje de nuestro cuerpo,
Claudia realiza dos viajes dentro de nuestro país, uno a la zona norte de
Chile, tierra de pueblos aymaras, y a Temuco en la zona mapuche del sur de
Chile.
A través de este desplazamiento la artista indaga
en nuestros orígenes preguntándose qué es la pachamama y qué es ser mapuche, entre otros.
Dichas respuestas están presentadas en un creativo soporte semicircular realizado
especialmente para la muestra con un video que se proyecta en un plasma el cual
inserto en esta media columna blanca se accede a escuchar mediante audífonos.
En estos videos, uno del norte y otro del sur, especialistas en la materia nos hablan del tema en entrevistas que son intercaladas con fotografías e imágenes de los viajes que la artista realizó.
Este material audiovisual entrega conocimiento y merece ser visto y escuchado cómodamente. La longitud de estos videos (11min. cada uno) no permite verlos tranquilamente debido a que hay que estar de pie. Sugiero a la artista poner una silla e indicar en una pequeña cédula la duración de estos.
En estos videos, uno del norte y otro del sur, especialistas en la materia nos hablan del tema en entrevistas que son intercaladas con fotografías e imágenes de los viajes que la artista realizó.
Este material audiovisual entrega conocimiento y merece ser visto y escuchado cómodamente. La longitud de estos videos (11min. cada uno) no permite verlos tranquilamente debido a que hay que estar de pie. Sugiero a la artista poner una silla e indicar en una pequeña cédula la duración de estos.
En términos de uso del espacio de la sala la pieza
nuclear de la muestra es una columna compuesta por cintas y telas rojas con más de 3m. de
altura a la que se accede por una espiral que nos sumerge en su uterino interior
para ver en el piso la proyección de un video con imágenes en formato circular de
lo que fueron las dos travesías por nuestros opuestos territorios norte y sur.
En este video la artista trabaja entrelazando una hebra de hilo o lana roja a una piedra y a medida que va avanzando su camino sigue tejiendo la hebra con elementos que encuentra a su alcance, como a otras piedras o plantas a ras de suelo. Las imágenes de primer plano de la hebra con el color de la tierra o el matiz grisáceo de secas cactáceas son de alta poesía, donde la sutileza de la imagen plantea un discurso poético que fluye en una narrativa que genera preguntas e inquietudes en el espectador. Estas preguntas encuentran sus respuestas en precisos textos que Claudia Tapia ha seleccionado de teóricos que han estudiado tanto el tema del viaje del héroe como el color como signo en el lenguaje simbólico y artístico. A ratos la diagramación y tamaño de estos textos parece demasiado grande en proporción a la imagen, así como los cortes entre los párrafos de pronto se aprecian muy antojadizos y llevan a perder el hilo de lo que se está diciendo. Sin embargo el texto y la imagen gatillan un discurso pedagógico vital y queda en evidencia que en esta exhibición se pretende acercar al público mediante las artes visuales a un tema netamente científico.
En este video la artista trabaja entrelazando una hebra de hilo o lana roja a una piedra y a medida que va avanzando su camino sigue tejiendo la hebra con elementos que encuentra a su alcance, como a otras piedras o plantas a ras de suelo. Las imágenes de primer plano de la hebra con el color de la tierra o el matiz grisáceo de secas cactáceas son de alta poesía, donde la sutileza de la imagen plantea un discurso poético que fluye en una narrativa que genera preguntas e inquietudes en el espectador. Estas preguntas encuentran sus respuestas en precisos textos que Claudia Tapia ha seleccionado de teóricos que han estudiado tanto el tema del viaje del héroe como el color como signo en el lenguaje simbólico y artístico. A ratos la diagramación y tamaño de estos textos parece demasiado grande en proporción a la imagen, así como los cortes entre los párrafos de pronto se aprecian muy antojadizos y llevan a perder el hilo de lo que se está diciendo. Sin embargo el texto y la imagen gatillan un discurso pedagógico vital y queda en evidencia que en esta exhibición se pretende acercar al público mediante las artes visuales a un tema netamente científico.
A esta puesta en escena se suman gruesas piedras
redondas atadas con hilos rojos que se yerguen rectos hacia el cielo en un acto
de levantar el peso propio de dichas elementos y darles una connotación
diferente y sagrada,
Cabe destacar que esta puesta en escena es también
fruto del paso que la artista ha tenido en el área de dirección de arte y
ambientación tanto en cine como en televisión.
La exposición de Claudia Tapia adquiere una
relevancia importante, encontrándose emplazada en el Museo de Historia Natural
de Valparaíso, locación que alberga exhibiciones de carácter más bien
museográfico, y que en esta ocasión abre sus puertas a una revisión poética y
lúdica de una tema científico visto bajo el prisma y mirada de una artista
visual. Se justifica entonces la relación que Claudia hace con el Arte
Antropológico y que despliega como mapa en el catálogo de su exposición junto a
un creativo resumen gráfico de la muestra diseñado por Vicente Vargas.
Y para terminar, como tercer elemento de carácter
bidimensional, quisiera referirme al lienzo exhibido, tela de gran formato,
colgada al muro como pergamino que exhibe una cartografía visual de distintas
imágenes que entrelazados conforman una unidad. Imágenes relativas a la
herencia, la huella humana impresa en su caminar, bordados de hilos rojos con
textos alusivos, pinceladas sueltas y de carácter naif que representan pastizales; líneas y puntos utilizados por los pueblos originarios de cazadores
recolectores de la Tierra del Fuego, que en diálogo con plumas de aves
patagónicas crean un hermoso juego visual que lleva a entender el afán de esos
pueblos por mimetizarse con el mundo
animal. Laberintos de siete círculos que con sus palabras escritas nos adentran
en su interior con el eco y la repetición mántrica.
Textos curatoriales y relativos a la genética acompañan la obra junto al
sonido acompasado de pájaros y naturaleza terminan por sumergirnos en un
espacio sugerente y en una inquietante atmósfera ancestral.
Una muestra necesaria para entender quienes somos
y a donde vamos.
Verónica
Astudillo Águila
Artista Visual y Curadora
Artista Visual y Curadora
Licenciada en Arte PUC
ValparaÍso, 22 de marzo 2019
jueves, 21 de marzo de 2019
lunes, 18 de marzo de 2019
El Viaje en la Sangre: Referentes y contextualización de la muestra.
Sin duda el
gran referente en Chile o mejor dicho, el referente chileno es Cecilia Vicuña,
(poeta y artista visual), a diferencia de ella, trabajo el concepto de sangre
no como signo femenino (rojo de la menstruación), sino más bien como símbolo de
unidad y de humanidad… “estamos unidos a otros por hilos rojos invisibles (según los mitos de las culturas
asiáticas)” "El viaje del héroe" de Joseph Campbell se a interpretado como metáfora del proceso del desarrollo espiritual individual. El simbolismo adquiere mas profundidad si el viaje adopta la forma de búsqueda. Por regla general, el objetivo de la búsqueda suele ser algo muy precioso que representa la meta de la iluminación espiritual o auto conocimiento. En todo viaje hay una partida y un retorno. El destino juega un papel importante porque representa la meta a alcanzar. “El viaje en la sangre” es un proyecto que se desarrolla a partir
de un examen de ADN mitocondrial (información directa de la madre).
La puesta en escena es una instalación que se
divide en tres partes, un tapiz central que está pensado como un lienzo etnográfico del proceso de creación de la
investigación de este proyecto, es información sobre mi viaje simbólico, sobre
lo que arrojó el resultado de mi información de genética ancestral … soy del
Haplogrupo A2 .Que significa eso? El haplogrupo es mi árbol genealógico mas antiguo,
bajo esa información puedo saber que mi primera abuela salio de Africa (Kenia,
Etiopia, Sudan, Egipto) paso por medio Oriente (Palestina, Siria , Irak) Luego
Uzbequistan , Siberia y pasaron el estrecho de Bering quedándose en Norte y
Mesoamerica.
Otra parte de
la instalación comprende un gran número de hilos y telas rojas colgando desde
el techo de la sala, desplegándose rectos hasta el piso formando un circulo
perfecto que se abre al costado permitiendo al espectador entrar sigiloso a su
centro donde lo recibe un nuevo circulo en el cual se proyecta cenital un video (una intervención) que da cuenta de 2 viajes que realice al territorio nacional: Norte (Aymara) y Sur (Mapuche). Al investigar
sobre la genética en Chile, sobre el chileno promedio, sus porcentajes son mas
o menos estos: 50% Europeo (Peninsula Iberica: Español), 46% Amerindio
(Mapuche, Aymara … mayoritariamente) y un porcentaje 4% Africano.
La tercera
división de esta instalación es un espacio reservado para las entrevistas a 4
profesionales del ámbito de las Ciencias Sociales y Genetica; 2
antropólogos, una arqueóloga. Quienes son los encargados de contextualizar las
temáticas de identidad, de territorio, y de origen (Cosmovisión). Temáticas que
son interrogantes permanentes en la muestra : Quién soy, quiénes fueron mis
ancestros, qué es Pachamama, qué es Ñukemapu… ect.
La ultima
entrevistada es la genetista, quien nos aclara preguntas sobre Chile y su
genética y sobre la importancia de la genética a nivel mundial.
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